A mi alrededor, he podido comprobar que son habituales en el día a día frases como: “¿Si no estás loco por qué vas al psicólogo?”; “Yo voy a hacer un café con los amigos y hago terapia”; y el típico “Yo no creo en estas cosas”. Son muy frecuentes, y creo que son un buen ejemplo, del gran desconocimiento que hay en nuestra sociedad, de la salud mental. Por este motivo, me parece una buena reflexión para dedicarle unas líneas.
En primer lugar, son estigmas para aquel que sí se atreve a consultar. Habitualmente lo obliga a hacerlo en secreto. Cuando explicarlo debería ser una decisión libre. Pero, incluso, cuando se puede considerar necesaria la consulta, pero no se llega a realizar por lo que pensará la sociedad. Son muchas las veces que en consulta he de explicar que la necesidad de tratamiento no quiere decir padecer algo grave, sino que a veces este tratamiento es importante sobretodo para evitar empeoramiento, o posibles patologías futuras.
Pero, vamos poco a poco. Miremos los tópicos uno a uno. “¿Si no estás loco para que vas? Es cierto que cuando hay grandes problemas mentales es de vital importancia acudir a terapia. Pero, en pleno s. XXI donde está tan asumido en el campo de la medicina orgánica aquello de: mas vale prevenir que curar, en términos mentales es un campo todavía por conquistar.
A nadie se le ocurriría no ir al médico hasta tener evidencia de un cáncer. Todo lo contrario, nos educan para ser lo más previsores posibles. Médicos, medios, sociedad…. son potenciales educadores de la prevención y la higiene preventiva. Absolutamente a nadie se le ocurriría decir: “ ¿Para que vas al médico si no estás enfermo?” o “¿Para que llevas al niño a la revisión, si no le pasa nada?”
Y esta, la PREVENCIÓN, debería ser nuestro objetivo también en salud mental. Porque como su nombre indica, es SALUD y por tanto algo que cuidar y valorar.
Debería ser normal y habitual ir al psicólogo simplemente por prevención, delante de la mínima duda de sufrimiento mental. Incluso por higiene, por mantener. Y ¿Por qué no ir al psicólogo simplemente a consultar? A poder conocer mejor el propio funcionamiento mental como se conocen el resto de órganos.
Al fin y al cabo el malestar mental, ¿No duele? ¿No genera malestar? ¿No incomoda? Pues ¿Por qué no buscar ayuda para curarlo? o vigilar que no se infecte; O que alguien lo vende; o simplemente que nos explique que no es grave y nos ayude a examinarlo y entenderlo.
Y aquí llegamos a la siguiente afirmación: “Esto un café con los amigos y ya es terapia”. Es cierto lo terapéutico de compartir con los amigos, familia… De hecho, no es menos cierto que aquel que tiene con quien compartir el malestar seguramente necesitará consultar menos. De hecho seria una buena medida profiláctica, un buen entorno con quien poder compartir, hablar, …. pero a veces no es suficiente.
Vuelvo a redirigirme al modelo orgánico que tenemos mucho más integrado para hacerlo más comprensible. Delante de una herida pequeña, un resfriado menor…. algo que ya sabemos como resolverlo …. no vamos al médico. Pero si el dolor no cede, perdura o empeora, o no sabemos a que se debe el dolor, finalmente consultaremos. Aunque el amigo lo vende y esto ayuda. Y ayuda mucho. Pero a veces hace falta una intervención mayor, una mirada profesional que nos pueda orientar en como tratar esta herida, dolencia…
¿Por que no lo hacemos con la mente? Hablar de forma diferente a como se hace con los amigos. Explorar las heridas y los malestares des de una perspectiva profesional. Incluso a veces poder pensar a que son debidas.
Y es aquí donde llega el tercer tópico. “Yo no creo” ¿En que? El bienestar mental no es un ente de fe, sino que es plenamente verificable y comprobable.
Vuelvo al modelo orgánico. Me tomo la pastilla X y se me va el dolor de cabeza. Por tanto lo crea o no, resulta que el tratamiento es efectivo, lo he podido comprobar. Igual que el tratamiento de este o aquel profesional me ayuda a disminuir la ansiedad, la tristeza, …. a pensar, comprender…. No es fe, es ciencia. Por lo que animo a los agnósticos y ateos de la psicología, psiquiatría… a comprobarlo.
Y he elegido este ejemplo de la pastilla X porque es cierto que no a todo el mundo le funciona la misma pastilla. A uno le quita el dolor de cabeza X y a otro Y. Por lo que es vital entender que el profesional X le sirve a alguien pero no tiene porque servir a todos. Por tanto a veces es necesario probar.
Y nos encontraos con otra dificultad, y es que los efectos de mejora son lentos y a veces nos cuesta esperar resultados. Pero esto ara nos desvía del tema, quizá hay que dedicarle otro espacio a reflexionar al tiempo y los efectos inmediatos. Pero ahora el tema es; Si duele consulta, si hay dudas, consulta. Rompamos los tópicos y los tabúes y ejercitemos un modelo de prevención que se cuide el crecimiento mental y se promueva la salud y la prevención.